La inadmisible reforma a la baja del Certificado de Profesionalidad Inmobiliario.
Por Miguel Villarroya Martín 16/10/2023
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Desde que la antigua patronal AEGI ─ la impulsora de la creación del Certificado de nuestro sector ─, colapsó, la implantación del Certificado de Profesionalidad de nuestro sector inmobiliario, ha perdido aliento en nuestro país.
La larga duración en su creación culminó finalmente en la joya de su corona: el establecimiento de un capítulo de la formación profesional en España, para los agentes comerciales inmobiliarios, que antes no existía.
Y funcionó durante unos pocos años (1) y luego fue cediendo su implantación, creo yo, al faltarle la impulsión de su motor principal.
Si se añade, que el tipo de formación europea que este Certificado exhibe chocaba con, por un lado, con la escasa formación tradicional existente en el sector, por otro, con formación foránea tipo Barbie-Disney, que ya estaba implantada en el mismo, y también con la evidente exigencia formativa del Certificado publicado, el resultado era inevitable, la respuesta europea a la formación de agentes comerciales inmobiliarios (ACI) se desvanecía.
Por otra parte, la segunda vía al reconocimiento de las capacidades de los numerosos comerciales de nuestras agencias, NO se ha desarrollado (por las mismas causas del desvanecimiento, según creo).
En el momento que escribo esto, escuchamos malas noticias sobre el actual certificado. Se quiere extender la idea de que el mismo es “demasiado difícil” para los comerciales y que debe reducirse su duración, en, al menos, una tercera parte (7).
Espero que solo sea un burdo rumor. Porque ese intento ignoraría dos hechos fundamentales:
A-Que la dificultad de nuestro certificado y su duración son muy similares a las de los certificados de profesionalidad más próximos al nuestro. (Si en otros sectores similares se exigen certificados concordantes con el nuestro en tiempo y dificultad ¿a qué esforzarse en rebajar su calidad, a qué querer ser el “pariente pobre” de la familia.)
B- Que, en la impartición del Certificado a grupos de personas en paro, se han obtenido excelentes resultados con el actual Certificado, logrando buenos profesionales de personas que no tenían previamente, salvo excepciones, formación inmobiliaria alguna.
Y es que este es el problema que no se quiere ver: adquirir una formación excelente en la intermediación inmobiliaria exige esfuerzo, perseverancia y estudio profundo de los contenidos necesarios. Casi todo lo contrario de las formaciones habituales hoy en día.
Si se quiere el Certificado, como ocurre en todos los demás certificados de profesionalidad de la familia de Comercio y Marketing en la que estamos inscritos, es necesario adquirir una serie de competencias y habilidades que no pueden adquirirse en unos pocos días. Y que cuesta hacerlo.
Y si no se dispone de tiempo, como es el caso de muchos agentes comerciales que ya están trabajando, solo caben dos salidas: la de la formación mixta en empresa y academia (formación dual) o acudir al reconocimiento de sus capacidades vía la Guía de Evidencia.
La tercera, reducir la calidad de la formación a recibir, es inadmisible. No necesitamos menos formación sino más y mejor. Y de esta clase, el actual certificado está repleto.
¡Siga con salud!
*(1) El primer Certificado de Profesionalidad que se impartió en España se hizo en Madrid, en la sede de la patronal AEGI. A partir de ese momento, otras entidades ─ casi siempre, empresas particulares de formación ─ siguieron esa estela y promovieron también Certificados de Profesionalidad de nuestro sector.
*(7) Alrededor de 200 horas. (El actual está en 630 h.), seguramente para asimilarlo al núm. de horas exigible para que los APIS ─ no sus comerciales─ puedan acceder al registro de Agentes Inmobiliarios
Miguel Villarroya Martín.
API / Arquitecto Técnico / Agente de la Propiedad Inmobiliaria/ Escritor.
www.cal.es